Bueno, parto de la premisa de que es imposible ver una ciudad, sea cual sea, en 24 horas. Sevilla es una de esas ciudades.
Se puede disfrutar de ella en un día? Por supuesto que no, pero para los que tenemos poco tiempo, como yo, os dejo aquí mi día para que os hagáis una idea.
Nuestra llegada fué en coche a Sevilla y lo dejamos en un parking subterráneo. Esta ciudad tiene muchas maneras para poder desplazarse por ella, además de la más común como es el taxi o el autobús, también dispone de un tranvía que recorre, con múltiples paradas, todo el centro de la ciudad. Nos dimos cuenta que, en Sevilla, se usa mucha la bici, habiendo paradas de alquiler para dejar o pillar una en los sitios mas estratégicos. Nosotros nos decidimos por el coche de San Fernando (un ratito a pie y otro andando). Días antes, y con ayuda del Google Maps, vimos que las distancias no eran muy grandes entre los lugares que íbamos a visitar en nuestro viaje y, nos decidimos por esa vía para movernos por la ciudad. Con una mochila a la espalda, la cámara de fotos en una mano, la botella de agua en la otra y la ruta que nos habíamos trazado bien clara, nos pusimos en marcha la parienta y yo.
Primera parada
A unos 10 minutos de donde dejamos el coche se encontraba Plaza España.
Está situada dentro del Parque de María Luisa y, se construyó como edificio principal de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929 , en sus bancos aparecen representadas todas las provincias de España en paños de azulejos, así como los bustos de españoles ilustres en sus muros.
Segunda Parada
A 15 minutos de allí, por supuesto a pie, llegamos a nuestro segundo lugar de visita, el Real Alcázar de Sevilla.
Un conjunto de palacios rodeados por una muralla. Su construcción se inició en la Alta Edad Media. En su realización se han empleado a lo largo de la historia diferentes estilos, desde el islámico de sus primeros moradores, al mudéjar y gótico del periodo posterior a la conquista de la ciudad por las tropas castellanas. En sucesivas reformas se han añadido elementos renacentistas y barrocos.
A éstas alturas, la mañana llegaba a su fin y el Lorenzo estaba haciendo de las suyas. Para mitigar el calor no hay nada mejor que una cerveza fría o un buen rebujito. No os voy a entretener con lugares para tapear o comer en Sevilla. Hay un montón de sitios para todos los gustos y, elegir el mejor lugar, es más una cosa personal. Nosotros elegimos un restaurante al lado de la Giralda, pues nos pillaba muy bien para seguir con nuestro plan establecido.
Tercera parada
La manera de evitar el calor de las tres y pico de tarde era visitar La Catedral y así lo hicimos.
Esta es la catedral gótica cristiana con mayor superficie del mundo. Según la tradición, la construcción se inició en 1401, aunque no existe constancia documental del comienzo de los trabajos hasta 1433. La edificación se realizó en el solar que quedó tras la demolición de la antigua Mezquita Aljama de Sevilla, de la cual se conservan el alminar (la Giralda) y el Patio de los Naranjos. El templo acoge los restos mortales de Cristóbal Colón y de varios reyes de Castilla: Pedro I el Cruel, Fernando III el Santo y el hijo de este, Alfonso X el Sabio.
Debo reconocer que las vistas que hay de la ciudad Hispalense, desde lo alto de la Giralda, me dejaron impresionado.
Cuarta parada
Después de una cerveza bien fría, nos preparamos para llegar a nuestro siguiente destino: la Basílica de la Macarena. Una caminata de unos 25 minutos recorriendo las calles del centro de Sevilla, que nos dejó un buen sabor de boca.
Debo decir que, para no ser religioso, el interior de la basílica me dejo estupefacto. El silencio y el respeto que se respiran allí dentro no lo había sentido en ninguna parte. Se nota en el ambiente la devoción que tiene la gente hacia esta Virgen.
Quinta parada
Este era nuestro paseo mas largo, de unos 35 minutos, en el que, nos proponíamos descubrir: el Puente de Triana ( une el centro de la ciudad con el barrio de Triana, cruzando el río Guadalquivir y ,que vino a sustituir en el siglo XIX a un viejo puente de barcas que existía en su lugar), La Maestranza (Es considerada la plaza con mayor tradición taurina de España. Es apodada popularmente como la «Catedral del Toreo»), y La torre del Oro (nombre que recibe en referencia a su brillo dorado que se refleja sobre el río).
Sexta y última parada
Nuestra idea en un principio, después de una refrescante y relajada ducha, era cenar en el barrio de Triana, a base de tapas, mientras paseábamos por sus calles. Cual fué nuestra sorpresa al llegar a Sevilla que estaban celebrando su Feria de Abril (en Mayo?) Pues sí.
Algo que nos obligó a, cortar nuestro paseo por Triana y, visitar el Real de la Feria en el barrio de los Remedios. Aquello es, prácticamente, otra ciudad con calles dedicadas a toreros de renombre y en sus variadas casetas se vive las fiestas con mucha alegría, cante y baile flamenco. Llama la atención que sus gentes van vestidos de forma, digamos tradicional, las mujeres vistiendo el típico traje de Flamenca o Gitana y, en la indumentaria masculina, los caballistas van vestidos con el tradicional traje de corto y el sombrero de ala ancha y, los hombres de a pie van con traje y corbata en su mayoría.
Os tengo que reconocer que, la parienta y yo acabamos, reventados del día y, de vuelta al Hotel solo deseábamos pillar la ansiada cama para descansar.
Mientras escribíamos esto y seleccionábamos las fotos que íbamos a usar en el articulo, volvíamos sentir esas sensaciones que experimentamos en cada uno de lo sitios, sin recordar las caminatas y el calor que pasamos.
Como dije al principio es posible ver Sevilla en un día, pero me equivoqué al decir que no se podía disfrutar de la ciudad en ese tiempo. Yo salí lleno, pues disfrute de cada momento, visita y de sus gentes, que fueron muy amables y nos atendieron siempre con una sonrisa.
Gracias Sevilla.
Un saludo.
P.D.: Tengo que dar las gracias a la Wikipedia por los datos añadidos y por poder usar sus enlaces .
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